El reporte «Derecho a la Educación bajo presión: principales desafíos y acciones transformadoras en la respuesta educativa al flujo migratorio mixto de población venezolana en Chile», elaborado por la Oficina Regional de Educación para América Latina y El Caribe (OREALC/UNESCO Santiago) contó con la participación de docentes de las escuelas Luis Galdames, Cornelia Olivares y Camilo Mori, así como de los liceos Gabriela Mistral y Presidente JM Balmaceda.
Las y los profesores participaron en septiembre de 2020 en el taller de especialización en línea Educación y Movilidad Humana, impartido por ORELAC/UNESCO Santiago, experiencia desde la cual se obtuvo información relevante para esta investigación. También participaron en este estudio docentes de la educación pública de Santiago y Estación Central. Este documento tiene por objetivo el ofrecer un primer análisis de la situación de los estudiantes venezolanos migrantes en el sistema educativo chileno y visibilizar los desafíos para garantizar su inclusión educativa.
Para Claudia Uribe, directora de ORELAC/UNESCO Santiago, este estudio “contribuye a que las decisiones que se tomen en materia educativa para la población migrante y refugiada en Chile estén basadas en la evidencia y enfocadas a garantizar el derecho a la educación de este grupo de la población”. En tanto, para Julio Chica, encargado de Convivencia Escolar del DAEM de Independencia, este reporte “puede aportar categorías para el análisis respecto al derecho a la educación, en este caso de la población migrante”.
En efecto, dentro de los aspectos que destaca están los esfuerzos del Estado chileno para brindar una respuesta educativa integral a las personas venezolanas, se releva la importancia de la creación del Identificador Provisorio Escolar (IPE), junto con la incorporación de prácticas de enseñanza y aprendizajes como la Biblioteca Migrante. Esfuerzos de este tipo pueden ser incorporados en el currículo escolar de manera que considere saberes y elementos culturales de estudiantes migrantes y refugiados. Otro elemento esencial que también resalta el estudio se relaciona con la necesidad de que las escuelas sean espacios libres de violencia. Para ello es fundamental realizar un trabajo preventivo en este ámbito, a través de la política de convivencia escolar.
Finalmente, el estudio concluye que la participación individual, familiar y comunitaria de personas migrantes y refugiadas es fundamental para promover la retención y los aprendizajes en este grupo estudiantil. Fortalecer y potenciar este ámbito contribuirá a que las respuestas educativas que se brinden a esta comunidad consideren sus necesidades, sean pertinentes culturalmente y colaboren con su bienestar.
Para quienes deseen acceder a esta investigación, pueden bajarlo desde el siguiente enlace: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000377181