La violencia de género se manifiesta en su forma más extrema a través de los femicidios y femicidios frustrados. Esta realidad no ha dejado de representar una crisis para nuestra sociedad y continúa siendo una realidad en los más diversos espacios: públicos y privados, laborales y educacionales, tanto en los hogares como en la calle.
Desde el 19 de diciembre del 2020 conmemoramos el Día Nacional Contra el Femicidio, recordando la muerte de Javiera Neira, niña de 6 años que fue brutalmente asesinada en 2005 por su padre biológico, mientras intentaba defender a su madre, sobreviviente de femicidio frustrado.
En nuestro país la legislación ha ido avanzando, pero aún queda un largo camino por recorrer. El 2010 recién se instaura el concepto de femicidio aumentando las penas aplicables y reformando las normas sobre parricidio, desde ese momento se han ido ingresando proyectos como la «Ley sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia», que luego de estar estancada, el actual gobierno del Presidente Gabriel Boric la ha puesto en urgencia, o la promulgada «Ley Gabriela» que reconoció los casos dentro del pololeo y consideró motivos de género, o también la ley emanada del proyecto «Justicia para Antonia», que modificó la prescripción del delito de abuso, incorporó medidas de protección a las víctimas y sus familias. Desde aquí se incorpora el concepto de suicidio femicida.
Un paso hacia la protección y reparación
El 9 de mayo de 2023 se publica la ley «Un paso hacia la protección y reparación» que viene a fortalecer las acciones del Estado para la atención integral de víctimas y sus familias con medidas concretas como: facilitar y priorizar el acceso a protección social, ofreciendo derechos de protección laboral y otorgando derecho a pensión para hijos e hijas de víctimas.
La primera actividad posterior a la entrada en vigencia de esta ley se desarrolló en nuestra comuna junto al presidente Gabriel Boric y las ministras Carolina Tohá y Antonia Orellana, quienes junto a nuestro alcalde Gonzalo Durán, se reunieron con familias de víctimas de femicidio, ocasión en la que se resaltó la dimensión de la violencia hacia las mujeres como un problema de seguridad pública, destacando que la ley implica justicia y reparación, saldando una deuda existente.
Los zapatos rojos representan a las mujeres desaparecidas, a las víctimas de feminicidio, a las mujeres que ya no están
